Señor, ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo,
óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo,
escúchanos.
Dios Padre Celestial,
ten
piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo,
ten
piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo,
ten
piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios,
ten
piedad de nosotros.
Santa
María, Madre del Niño Jesús,
ruega
por nosotros.
Santos Ángeles de la Guarda,
rueguen por nosotros.
Santos
Niños Inocentes,
rueguen por nosotros.
San
Tarsicio,
ruega
por nosotros.
San
Venancio,
ruega
por nosotros.
Santa
Inés,
ruega
por nosotros.
Santos
Justo y Pastor,
rueguen por nosotros.
Santo
Domingo de Val,
ruega
por nosotros.
Santo
Niño de la Guardia,
ruega
por nosotros.
San Simón de Trento,
ruega por nosotros.
Santo
Domingo Savio,
ruega
por nosotros.
San
Quirico,
ruega
por nosotros.
Santa
Fina,
ruega
por nosotros.
Santa
Eulalia de Barcelona,
ruega
por nosotros.
Santa
Eulalia de Mérida,
ruega
por nosotros.
San
Pancracio,
ruega
por nosotros.
San
Pelayo,
ruega
por nosotros.
San
Francisco Marto,
ruega
por nosotros.
Santa
Jacinta Marto,
ruega
por nosotros.
Santa
María Goretti,
ruega
por nosotros.
San
José Sánchez del Río,
ruega
por nosotros.
Santas
Fe, Esperanza y Caridad,
rueguen por nosotros.
Santos
Cristóbal, Antonio y Juan de Tlaxcala,
rueguen por nosotros.
Beata
Imelda,
ruega
por nosotros.
Beata Carolina
Kózka,
ruega
por nosotros.
Beato
Sancho de Córdoba,
ruega
por nosotros.
Beata Albertina
Berkenbrock,
ruega
por nosotros.
Beata
Laura Vicuña,
ruega
por nosotros.
Beato
Ceferino Namuncurá,
ruega
por nosotros.
Venerable Mari Carmen,
ruega por nosotros.
Venerable Antonieta Meo,
ruega por nosotros.
Santos
niños mártires,
rueguen por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
perdónanos,
Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
escúchanos,
Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
ten
misericordia de nosotros.
Rueguen
por nosotros, santos niños,
Para
que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Oh
Dios, que dijiste que no entraríamos al Reino de los
Cielos si no nos hacíamos como niños, concédenos imitar la santidad e inocencia
de todos los niños santos que se encuentran contigo, por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
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