jueves, 2 de febrero de 2023

Letanías a San Juan Evangelista

 


Señor, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.
 
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. 
 
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. 
 
Cristo, óyenos.
Cristo, óyenos.  
 
Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos. 
 
Dios Padre Celestial,
ten piedad de nosotros.
 
Dios Hijo Redentor del mundo,
ten piedad de nosotros.
 
Dios Espíritu Santo,
ten piedad de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios,
ten piedad de nosotros.

Santa María, Madre de Jesús y de San Juan,
ruega por nosotros.

San Juan, que te reclinaste sobre el pecho de Jesús,
ruega por nosotros.
 
San Juan, que recibiste del puro y ardiente corazón de Jesús aquel inmenso fuego que ardió en el tuyo,
ruega por nosotros.
 
San Juan, que recibiste luz de aquella Luz que las tinieblas no la comprendieron,
ruega por nosotros.
 
San Juan, que incluso en tu exilio, hiciste tu morada con el “Verbo Eterno” y viste la amabilidad de su rostro,
ruega por nosotros.
 
San Juan, que comiste pan con el Pan de vida,
ruega por nosotros.
 
San Juan, que bajo la cruz recibiste la sangre y las lágrimas de Jesús,
ruega por nosotros.
 
San Juan, que recibiste a María como tu Madre,
ruega por nosotros.
 
San Juan, que mezclaste tus lágrimas con las lágrimas de María, y tus suspiros con los lamentos de su corazón traspasado,
ruega por nosotros.
 
San Juan, cuyo amor fue más fuerte que la muerte,
ruega por nosotros.
 
San Juan, exiliado por el nombre de Jesús,
ruega por nosotros.
 
San Juan, patrono de nuestra castidad y caridad,
ruega por nosotros.
 
San Juan, discípulo amado de Jesús, e hijo querido de María,
ruega por nosotros.
 
San Juan, que viste el brillo del cielo empíreo,
ruega por nosotros.
 
San Juan, que en el mismo seno de la Divinidad aprendiste los más ocultos secretos,
ruega por nosotros.
 
San Juan, águila cuyos ojos no fueron deslumbrados por la belleza de la Santísima Trinidad,
ruega por nosotros.
 
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
perdónanos, Señor.
 
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
escúchanos, Señor.
 
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
ten misericordia de nosotros.
 
Ruega por nosotros, glorioso San Juan Evangelista,
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
 
Oremos: ¡Oh gran Santo!, alcánzame la gracia de amar a Jesús con todo mi corazón, alma, fuerza y mente, para que dejando esta tierra de destierro y dolor pueda, por tu intercesión, y los méritos de mi Salvador crucificado, contemplar la amabilidad de su rostro, y descansar en su seno para siempre. Amén.

 



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