Señor, ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo,
óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo,
escúchanos.
Dios Padre Celestial,
ten
piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo,
ten
piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo,
ten
piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios,
ten
piedad de nosotros.
Nuestra
Señora del Rosario de Fátima,
ruega
por nosotros.
San Francisco Marto,
ruega
por nosotros.
Santa
Jacinta Marto,
ruega
por nosotros.
Niños
llamados por Jesucristo,
rueguen por nosotros.
Niños
llamados a contemplar a Dios en el Cielo,
rueguen por nosotros.
Pequeños
a quienes el Padre revela los misterios del Reino,
rueguen por nosotros.
Pequeños
privilegiados del Padre,
rueguen por nosotros.
Alabanza
perfecta de las maravillas de Dios,
rueguen por nosotros.
Imágenes
del abandono filial, como niños al cuello de la madre,
rueguen por nosotros.
Víctimas
de reparación en beneficio del Cuerpo de Cristo,
rueguen por nosotros.
Confidentes
del Ángel de la Paz,
rueguen por nosotros.
Custodios,
como el Ángel de la Patria,
rueguen por nosotros.
Adoradores
con el Ángel de la Eucaristía,
rueguen por nosotros.
Videntes
de la Mujer revestida con el Sol,
rueguen por nosotros.
Videntes
de la Luz que es Dios,
rueguen por nosotros.
Hijos
predilectos de la Virgen Madre,
rueguen por nosotros.
Oídos
atentos a la solicitud materna de la Virgen María,
rueguen por nosotros.
Abogados
del Mensaje de la Señora más brillante que el Sol,
rueguen por nosotros.
Heraldos
de la palabra de la Madre de Dios,
rueguen por nosotros.
Profetas
del triunfo del Corazón Inmaculado de María,
rueguen por nosotros.
Cumplidores
de los designios del Altísimo,
rueguen por nosotros.
Fieles
depositarios del Mensaje,
rueguen por nosotros.
Emisarios
de la Señora del Rosario,
rueguen por nosotros.
Misioneros
de los pedidos de María,
rueguen por nosotros.
Portadores
de las llamadas del Cielo,
rueguen por nosotros.
Cuidadores
del Vicario de Cristo,
rueguen por nosotros.
Confesores
de la vida heroica en la verdad,
rueguen por nosotros.
Consuelo de Jesucristo,
rueguen por nosotros.
Ejemplos
de la caridad cristiana,
rueguen por nosotros.
Siervos
de los enfermos y de los pobres,
rueguen por nosotros.
Reparadores
de las ofensas de los pecadores,
rueguen por nosotros.
Amigos
de los hombres al lado del trono de la Virgen María,
rueguen por nosotros.
Lirios
de inocencia exhalando santidad,
rueguen por nosotros.
Perlas
brillantes resplandeciendo beatitud,
rueguen por nosotros.
Serafines
de amor a los pies del Señor,
rueguen por nosotros.
Oblaciones
a Dios para soportar los sufrimientos en acto de reparación,
rueguen por nosotros.
Ejemplo
admirable en el compartir con los pobres,
rueguen por nosotros.
Ejemplo
incansable en el sacrificio por la conversión de los pecadores,
rueguen por nosotros.
Ejemplo
de fortaleza en los tiempos de la adversidad,
rueguen por nosotros.
Enamorados
de Dios en Jesús,
rueguen por nosotros.
Pastorcitos
que nos guiáis al Cordero,
rueguen por nosotros.
Discípulos
de la escuela de María,
rueguen por nosotros.
Interpeladores
de la humanidad,
rueguen por nosotros.
Frutos
del árbol de la santidad,
rueguen por nosotros.
Don
para la Iglesia Universal,
rueguen por nosotros.
Señal
divina para el Pueblo de Dios,
rueguen por nosotros.
Testigos
de la gracia divina,
rueguen por nosotros.
Estímulo
a la vivencia del bautismo,
rueguen por nosotros.
Experiencia
de la presencia amorosa de Dios,
rueguen por nosotros.
Elocuentes
en la intimidad de Dios,
rueguen por nosotros.
Intercesores,
al lado de Dios, por los pecadores,
rueguen por nosotros.
Constructores
de la Civilización del Amor y de la Paz,
rueguen por nosotros.
Lámparas
que iluminan la humanidad,
rueguen por nosotros.
Luces
amigas que iluminan las multitudes,
rueguen por nosotros.
Luceros
que resplandecen en el camino de la humanidad,
rueguen por nosotros.
Llamas
ardientes en las horas sombrías e inquietas,
rueguen por nosotros.
Candiles
que Dios encendió,
rueguen por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
perdónanos,
Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
escúchanos,
Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
ten
misericordia de nosotros.
Rueguen
por nosotros Santos Francisco y Jacinta,
Para
que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Dios
de infinita bondad, que amáis la inocencia y enaltecéis a los humildes,
concédenos, por la intercesión de la Inmaculada Madre de vuestro Hijo, que, a
imitación de los bienaventurados Francisco y Jacinta, os sirvamos en la
simplicidad de corazón para poder entrar en el reino de los Cielos. Por Nuestro
Señor Jesucristo, vuestro Hijo, que es Dios con vosotros en la unidad del
Espíritu Santo. Amén.
***
Para más letanías, ver el ÍNDICE.
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