Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo,
ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo,
ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios,
ten piedad de nosotros.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, virgen pura,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, llena de fuego del amor divino,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, ejemplo de caridad,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, socorro de los pobres en su ciudad,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que oía humildemente la Palabra de Dios,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que practicó el Evangelio con seriedad,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, de corazón transparente,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, de sólo de buenos pensamientos,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, ejemplo de humildad,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que tuviste santidad en el noviazgo,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que tuviste castidad en el compromiso,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, modelo en la boda,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, bondadosa para su marido,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, bondadosa para su cuñado,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, paciente en las contrariedades,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que tuvo ardiente amor a la Eucaristía,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que tuvo tierno amor a Maríaa,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que fue a la Santa Misa incluso en las catacumbas,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, siempre en oración confiada,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, flor de castidad,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, esposa amorosa de Cristo,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, gloria para el Salvador,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, llena de esperanza en los dolores,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, testimonio ante los moradores de su ciudad,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, vencedora de las tentaciones de los paganos,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, obediente a su Ángel de la Guarda,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, gran virgen del Paraíso,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que cantaba las alabanzas a Jesús,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que donaste tu casa para ser una iglesia,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, ilustre mártir de Jesucristo,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, valiente ante el emperador,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que recibiste golpe en la cabeza,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, traspasada por muchos dolores,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que rezó por sus enemigos,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que perdonó a aquellos que le martirizaban,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, que llevó los paganos a la verdadera Iglesia,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, patrona de los cánticos sagrados,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, patrona de los cantores,
ruega por nosotros.
Santa Cecilia, patrona de aquellos que tocan instrumentos,
ruega por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Te saludo, oh Virgen, que diste tu sangre por la defensa y la fe de Jesucristo,
Dios glorificó a Santa Cecilia, y coronó sus virtudes.
Oremos: Oh Dios eterno, que nos diste, en la persona de Santa Cecilia, una protectora de gran alcance, permítenos que después de haber pasado nuestros días fielmente, como ella, en la inocencia y la santidad, podamos algún día alcanzar la tierra de las bienaventuranzas, donde en concierto con ella, podamos alabarte y bendecirte para siempre en la eternidad. Amén.
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