Señor, ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo,
óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo,
escúchanos.
Dios Padre Celestial,
ten
piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo,
ten
piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo,
ten
piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios,
ten
piedad de nosotros.
Santa María, Patrona de la Orden del Císter,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, doctor que destila miel,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, columna de la Iglesia de Jesucristo,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, luz deslumbrante que disipó el error y confundió la herejía,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, cuya Fe y confianza obtuvieron brillantes milagros,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, lleno de celo por la salvación de las almas,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, consuelo de las almas santas,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, modelo perfecto de almas religiosas,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, celoso protector de los hijos de María,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, que abandonaste todo por Jesucristo,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, que en la soledad encontraste tu felicidad,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, cuya alma era un lirio de pureza,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, amante de la pobreza,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, muy aficionado a la obediencia,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, imitador de la dulzura de Jesucristo,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, elevado por la contemplación sobre todas las cosas terrenales,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, incólume entre las vicisitudes de la vida,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, siempre humilde en medio de los honores,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, modelo de todas las virtudes,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, que en las Sagradas Llagas de Jesús encontraste tu asilo y todos tus deleites,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, hijo amado de la augusta Madre de Dios,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, que pronunciaste con tanto amor los Santos Nombres de Jesús y María,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, ángel de la tierra,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, mártir generoso por los deseos de tu alma y por las austeridades con las que has abrumado tu cuerpo,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, ilustre confesor por el ardor de tu Fe y el resplandor de tus virtudes,
ruega
por nosotros.
San Bernardo, varón apostólico cuya confianza invencible en Dios emprendió tantas cosas grandes y obtuvo tantas maravillas,
ruega
por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
perdónanos,
Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
escúchanos,
Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
ten
misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, glorioso San Bernardo,
Para
que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Dígnate, Señor, hacernos encontrar en los méritos del glorioso San Bernardo toda la ayuda que demandan nuestras necesidades, para que recibamos por su poderosa intercesión las gracias de las que tú eres la fuente y que no somos dignos de obtener por nosotros mismos. Te lo pedimos en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
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