Letanías a San Pablo

 

 

Señor, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros. 

 

Señor, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros. 

 

Cristo, óyenos.

Cristo, óyenos.  

 

Cristo, escúchanos.

Cristo, escúchanos. 

 

Dios Padre Celestial,

ten piedad de nosotros.

 

Dios Hijo Redentor del mundo,

ten piedad de nosotros.

 

Dios Espíritu Santo,

ten piedad de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios,

ten piedad de nosotros.

Santa María, Madre de los Apóstoles

ruega por nosotros.

Beatísimo Pablo,

ruega por nosotros.

 

Tú, que has obtenido la misericordia de Dios,

ruega por nosotros.

 

Tú, a quien se ha revelado el Hijo de Dios,

ruega por nosotros.

 

Tú, que por Cristo fuiste Vaso de elección,

ruega por nosotros.

 

Tú, que has sido constituido predicador y apóstol de los pueblos en la verdad,

ruega por nosotros.

 

Tú, cuyo apostolado fue confirmado con prodigiosos portentos,

ruega por nosotros.

 

Tú, que fuiste fidelísimo ministro de la Iglesia,

ruega por nosotros.

 

Tú, que has dado a las naciones el Evangelio de Cristo y tu vida,

ruega por nosotros.

 

Tú, que llevabas a los cristianos en tu corazón y en tus cadenas,

ruega por nosotros.

 

Tú, que fuiste crucificado con Cristo,

ruega por nosotros.

 

Tú, en quien vivía y obraba Cristo,

ruega por nosotros.

 

Tú, que no podías vivir separado de la caridad de Cristo,

ruega por nosotros.

 

Tú que has soportado el encarcelamiento y las fatigas,

ruega por nosotros.

 

Tú, que has padecido heridas y peligros,

ruega por nosotros.

 

Tú que, cual áncora viviente, volaste de inmediato hacia el Paraíso,

ruega por nosotros.

 

Tú, que has glorificado tu ministerio,

ruega por nosotros.

 

Tú, que consumada tu misión, recibiste la corona de gloria,

ruega por nosotros.

 

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,

perdónanos, Señor.

 

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,

escúchanos, Señor.

 

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,

ten misericordia de nosotros.

 

Tú eres un instrumento elegido, oh, apóstol San Pablo,

Predicador de la Verdad en el mundo entero.

 

Oremos: Señor, nuestro Dios, que has elegido al apóstol Pablo para difundir tu Evangelio, haz que todo hombre sea iluminado en la fe que él anunció ante los poderosos y las naciones, y tu Iglesia se manifieste siempre como Madre y Maestra de los pueblos. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

 

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