Señor, ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo,
óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo,
escúchanos.
Dios Padre Celestial,
ten
piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo,
ten
piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo,
ten
piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios,
ten
piedad de nosotros.
Santa María,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, ferviente amante de Cristo,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, devota de la Virgen María,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, devota propagandista del culto de San José,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, altísima comtempladora de Dios,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, exiliada anhelante de la Patria celestial,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, fiel discípula del Espíritu Santo,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, gloriosa maestra de la oración,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, eminente don de humildad,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, noble hija de la madre Iglesia,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, encendida en el amor al prójimo,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, apóstol de las lágrimas y de la oración,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, preclara magnanimidad en los trabajos,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, noble inspirada a estudiar la pobreza,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, llena del espíritu de obediéncia,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, de pureza semejante a los ángeles,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, que deseaste cada día padecer o morir,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, compañera asidua del Redentor crucifícado,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, esposa que fuiste transverberada por el celestial Esposo,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, firme apoyo en el temor y la esperanza,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, que anhelaste hasta la muerte los bienes eternos,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, víctima consumida por el fuego de la caridad,
ruega
por nosotros.
Santa Teresa, inflamada del celestial celo por la gloria de Cristo,
ruega
por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
perdónanos,
Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
escúchanos,
Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
ten
misericordia de nosotros.
Bienaventurada madre Santa Teresa, vuélvete: mira desde el Cielo,
fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó y que tú
hiciste vigorosa. Ruega por nosotros, bienaventurada madre Santa Teresa
Para
que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos:
Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y haced que, al alegrarnos con la
fiesta de vuestra virgen y nuestra madre Santa Teresa, seamos alimentados con el pan de su celestial
doctrina y abrasados con los sentimientos de su tierna piedad. Oh Dios, que traspasasteis con un dardo encendido el puro Corazón de nuestra madre la
bienaventurada virgen Teresa vuestra esposa, y la consagrasteis víctima de la
caridad; concedednos por su misma intercesión, que nuestros corazones se
inflamen con el fuego del Espíritu Santo y os amemos siempre y sobre todas
las cosas. Vos que, siendo Dios, vivís y reináis con el mismo Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
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Para más letanías, ver el ÍNDICE.
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